domingo, 14 de agosto de 2016

Relación del Capital Humano e Intelectual y el Capital Social

Aunque básicamente existen dos enfoques para hablar de capital humano, los diversos autores que cita Madrigal (2009) en su ensayo, coinciden en que éste es importante para determinar el nivel de desarrollo de una organización o una sociedad, por ello no es casualidad que los países que han sido catalogados como más desarrollados son quienes han invertido más recursos en capacitar a sus ciudadanos.


    ¿Dónde debemos invertir para lograr este desarrollo? Si partimos de la premisa de que la comunicación y el conocimiento están interrelacionados, porque sin la primera no se adquiere la segunda, y porque sin el conocimiento previo no se puede entablar una comunicación, entonces podemos asegurar que para desarrollar mejores recursos humanos, debemos dotarlos de herramientas más eficientes de comunicación, de esta manera su acceso al conocimiento y por lo tanto su desarrollo personal e intelectual está garantizado.

     Hay que recordar que según Adam Holbrook (2008) el “capital humano involucra habilidades y entrenamiento. Pero esas habilidades y entrenamiento pueden ser definidos como capitales sólo si ellos son conceptualizados como factores que pueden generar algún retorno”.

     Es decir, que en aras de dar mayores herramientas de comunicación a los recursos humanos, no se les darán aquellas que no generen algún retorno. Vamos un ejemplo práctico.

     En un salón de clases, con la nueva Reforma Educativa, se establece que todos los alumnos podrán tener una tablet con acceso a internet, pero en ese aparato electrónico caben miles de softwares, algunos de los cuales no son útiles para el objetivo del programa que es desarrollar en los alumnos capacidades de búsqueda de información en línea, discriminando aquella que no está sustentada científicamente.

     Considerando lo anterior ¿Habría algún sentido en que los alumnos utilizaran twitter, instagram u otras redes sociales en el salón de clases? Probablemente sí, pero definitivamente debemos ser cuidadosos en que al decidir utilizarlas deben desarrollar habilidades que generen algún retorno, de otro modo, por mucha habilidad que se desarrolle en los alumnos, no se podrá decir que se trata de desarrollo de capital humano si no genera ese retorno.

     Sin embargo, también es un hecho que el capital humano no se desarrolla de forma homogénea, es decir por mucho que se intente dotar a todos los niños de tecnología, habrá alumnos que le sacarán más provecho que otros; acumularán más capital intelectual (conocimientos, habilidades, valores y actitudes), dependiendo su contexto social y sus posibilidades reales (políticas, económicas y hasta geográficas).

     Aquí mismo en Michoacán, sabemos que hay comunidades que todavía no tienen acceso a internet, los niños de estas comunidades no sacarán el mismo provecho de las tablets, aunque obviamente sí podrán desarrollar otras habilidades.

     De hecho, según datos del Instituto Federal de Telecomunicaciones, Michoacán se encuentra entre las 6 entidades con menor cantidad de hogares conectados a internet, decir lo anterior en una sociedad que desarrolla su capital humano con base en el acceso a las TIC, es una señal de alarma.

     También hay que subrayar que por mucho acceso a redes sociales e internet que tenga un alumno, no tendrá las mismas posibilidades un niño que se desarrolla en Arteaga, a otro de Lázaro Cárdenas, y estos dos no tendrán las mismas posibilidades que uno de Morelia.

     Lo digo porque volviendo a cómo adquirimos conocimiento, debemos recordar a Bretones, quien asegura que “cualquier acto de comunicación [aprendizaje] es un acto de negociación entre sujetos emisores y sujetos receptores”, y para negociar se necesitan referencias, conocimiento previo, el cual sólo se adquiere a través de otras comunicaciones-interacciones. Aquí se hace referencia a las interacciones interpersonales, las organizativas, de masas e informacionales que no necesariamente están relacionadas con las TIC

    El mismo Castells lo decía en su conferencia (ver al final del texto): los jóvenes de ahora toman un poco de lo que escuchan, lo mezclan con lo que leen, con algunas imágenes que vieron de otro lado y al final obtienen una autoenseñanza completamente diferente.

    Aunque logremos la conectividad en el 100 por ciento del territorio michoacano, aunque todos los niños tengan instrumentos electrónicos, aún así todavía será importante la cultura que se adquiera a través de libros, eventos culturales y la relación con otros grupos sociales para que el alumno desarrolle un mayor capital intelectual, que posteriormente genere algún retorno y sea catalogado como capital humano.

     Es un hecho que como sociedad debemos invertir en desarrollar capital humano para lograr mayores niveles de desarrollo a nivel individual, organizacional y social.

    Una de las formas de lograr este desarrollo es a través de las TIC, que son una oportunidad para adquirir y generar nuevos conocimientos. Sin embargo, debemos ser cuidados con la forma en que las utilizamos, pues caemos en el riesgo de no generar competencias útiles.

    Debemos tener en cuenta que las TIC tampoco son la panacea, a la par que invertimos en tecnología y conectividad, también se debe seguir fomentando el acceso a la lectura tradicional y los eventos culturales que son fuente de conocimiento


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