Aunque
básicamente existen dos enfoques para hablar de capital humano, los diversos
autores que cita Madrigal (2009) en su ensayo, coinciden en que éste es
importante para determinar el nivel de desarrollo de una organización o una
sociedad, por ello no es casualidad que los países que han sido catalogados
como más desarrollados son quienes han invertido más recursos en capacitar a
sus ciudadanos.
¿Dónde debemos invertir para lograr este
desarrollo? Si partimos de la premisa de que la
comunicación y el conocimiento están interrelacionados, porque sin la primera
no se adquiere la segunda, y porque sin el conocimiento previo no se puede
entablar una comunicación, entonces podemos asegurar que para desarrollar
mejores recursos humanos, debemos dotarlos de herramientas más eficientes de
comunicación, de esta manera su acceso al conocimiento y por lo tanto su desarrollo
personal e intelectual está garantizado.
Hay que recordar que según Adam Holbrook
(2008) el “capital humano involucra habilidades y entrenamiento. Pero esas
habilidades y entrenamiento pueden ser definidos como capitales sólo si ellos
son conceptualizados como factores que pueden generar algún retorno”.
Es decir, que en aras de dar mayores
herramientas de comunicación a los recursos humanos, no se les darán aquellas
que no generen algún retorno. Vamos un ejemplo práctico.
En un salón de clases, con la nueva
Reforma Educativa, se establece que todos los alumnos podrán tener una tablet
con acceso a internet, pero en ese aparato electrónico caben miles de softwares,
algunos de los cuales no son útiles para el objetivo del programa que es
desarrollar en los alumnos capacidades de búsqueda de información en línea,
discriminando aquella que no está sustentada científicamente.
Considerando lo anterior ¿Habría algún
sentido en que los alumnos utilizaran twitter, instagram u otras redes sociales
en el salón de clases? Probablemente sí, pero definitivamente debemos ser
cuidadosos en que al decidir utilizarlas deben desarrollar habilidades que
generen algún retorno, de otro modo, por mucha habilidad que se desarrolle en los alumnos, no
se podrá decir que se trata de desarrollo de capital humano si no genera ese retorno.
Sin embargo, también es un hecho que el
capital humano no se desarrolla de forma homogénea, es decir por mucho que se
intente dotar a todos los niños de tecnología, habrá alumnos que le sacarán más
provecho que otros; acumularán más capital intelectual (conocimientos,
habilidades, valores y actitudes), dependiendo su contexto social y sus
posibilidades reales (políticas, económicas y hasta geográficas).
Aquí mismo en Michoacán, sabemos que hay
comunidades que todavía no tienen acceso a internet, los niños de estas
comunidades no sacarán el mismo provecho de las tablets, aunque obviamente sí
podrán desarrollar otras habilidades.
De hecho, según datos del Instituto
Federal de Telecomunicaciones, Michoacán se encuentra entre las 6 entidades con
menor cantidad de hogares conectados a internet, decir lo anterior en una
sociedad que desarrolla su capital humano con base en el acceso a las TIC, es
una señal de alarma.
También hay que subrayar que por mucho
acceso a redes sociales e internet que tenga un alumno, no tendrá las mismas
posibilidades un niño que se desarrolla en Arteaga, a otro de Lázaro Cárdenas,
y estos dos no tendrán las mismas posibilidades que uno de Morelia.
Lo digo porque volviendo a
cómo adquirimos conocimiento, debemos recordar a Bretones, quien asegura que “cualquier
acto de comunicación [aprendizaje] es un acto de negociación entre sujetos
emisores y sujetos receptores”, y para negociar se necesitan referencias,
conocimiento previo, el cual sólo se adquiere a través de otras
comunicaciones-interacciones. Aquí se hace referencia a las interacciones
interpersonales, las organizativas, de masas e informacionales que no
necesariamente están relacionadas con las TIC
El mismo Castells lo decía en su
conferencia (ver al final del texto): los jóvenes de ahora toman un poco de lo que escuchan, lo mezclan
con lo que leen, con algunas imágenes que vieron de otro lado y al final
obtienen una autoenseñanza completamente diferente.
Aunque logremos la conectividad en el 100
por ciento del territorio michoacano, aunque todos los niños tengan
instrumentos electrónicos, aún así todavía será importante la cultura que se
adquiera a través de libros, eventos culturales y la relación con otros grupos
sociales para que el alumno desarrolle un mayor capital intelectual, que
posteriormente genere algún retorno y sea catalogado como capital humano.
Es un hecho que como sociedad debemos
invertir en desarrollar capital humano para lograr mayores niveles de
desarrollo a nivel individual, organizacional y social.
Una de las formas de lograr este desarrollo
es a través de las TIC, que son una oportunidad para adquirir y generar nuevos
conocimientos. Sin embargo, debemos ser cuidados con la forma en que las
utilizamos, pues caemos en el riesgo de no generar competencias útiles.
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