domingo, 25 de septiembre de 2016

La Educación del Futuro

En educación existen 4 modelos fundamentales: 
11) Los tradicionales: Tienen una organización espacio-temporal definida por el curso y el profesor, es decir un número de horas. El curso forma un corpus cerrado, donde cada asignatura aporta una dimensión específica. El contenido, metodología, proceso didáctico, etc, de estas asignaturas, se define independientemente del conjunto por cada asignatura. Finalmente buscan mantener la fidelidad al concepto de disciplina científica.
22) El modelo por áreas: Este modelo surge como un intento por superar la excesiva parcialización del saber, típico del modelo tradicional, por ello agrupo materias afines en núcleos o unidades de aprendizaje.
33) Estructurales: Tiene una organización por núcleos, integración de materias, en un intento por acercar los contenidos a la realidad concreta de los alumnos. Se apoya en actividades significativas de la vida, a la que se vinculan los contenidos y actividades pertinentes.
44) y taxonómicos: Este modelo se caracteriza por poner énfasis a los objetivos, ya que de ahí parte el proceso, la planeación, el desarrollo y la evaluación del currículo. Cabe mencionar que el modelo taxonómico puede perder su línea original, ya que lo accionan los actores sociales que están presentes dentro de los objetivos. 
     Sin embargo, uno de los principales retos es “superar la escuela tradicional según la cual, la institución educativa solo se limita a transmitir conocimientos” (UNIVIM, 2016) para pensar en la educación del futuro, donde los maestros retomen su rol intelectual, es decir, no sólo se limiten a transmitir conocimientos, sino a construir nuevos.
     Es aquí donde recurrimos a Édgar Morín (2001) quien nos asegura que “todo conocimiento conlleva el riesgo del error y de la ilusión”, por ello “la educación del futuro debe afrontar el problema en sus dos vertientes: error e ilusión”.
     Pero ¿a qué se refiere Morín con error e ilusión? Él asegura que la educación, que aspira a comunicar conocimientos, no enseña lo que es conocimiento, sus dispositivos, imperfecciones y dificultades. Es decir, la escuela tradicional pretende enseñar diversas ciencias, pero sin que los alumnos sepan qué es aprender.
     Por ello, en la escuela del futuro, el conocimiento del conocimiento debe aparecer como una necesidad primordial que serviría de preparación para hacer frente a riesgos permanentes de error y de ilusión. Para ello proponer introducir en la educación las características cerebrales, mentales y culturales del conocimiento, de sus procesos y modalidades.   
    Morín nos recuerda que el error y la ilusión parasitan en la mente humana desde la aparición del Homo Sapiens, pues los hombres siempre han elaborado falsas concepciones de sí mismos, de lo que hacen, de lo que deben hacer, y del mundo donde viven; de esto nos damos cuenta al mirar hacia el pasado, e incluso en un futuro, podría sucedernos lo mismo, la diferencia es que ahora seríamos consientes de que “lo que es bueno hoy, quizás no lo sea mañana”, citando un dicho popular.

¿Qué debe enseñar la educación del futuro?

     Primero debemos reconocer que el conocimiento fragmentado, al que se refiere Morín, debe dar paso a un modo de conocimiento capaz de aprehender los objetos dentro de sus contextos, su complejidad y sus conjuntos. Es necesario desarrollar la aptitud natural de la inteligencia humana para ubicar todas sus informaciones en un contexto y en un conjunto. Es necesario enseñar los métodos que permiten aprehender las relaciones mutuas y las influencias recíprocas entre las partes y el todo en un mundo complejo.
    Nótese que Morín hace énfasis en la palabra “aprehender” y no en “aprender”, esto se debe a que según ciertos pedagogos como Mayra Hernández (2012) consideran que aprender es asimilar, memorizar, adquirir el conocimiento de una cosa como un ser pasivo, que sólo incorpora conocimientos sin razonarlos. Mientras que aprehender es capturar, aprisionar, apropiarse de un conocimiento; construirlo, darle sentido, hacerlo parte de un resultado que ha sido posible gracias a la interacción personal sobre ese conocimiento. 
     Volviendo a Morín, se debe enseñar la condición humana. ¿Cuál es esta condición? La que tenemos todos los seres humanos, a la vez físico, biológico, psicológico, cultural, social e histórico. Porque esta unidad completa del ser humano, está completamente desintegrada en la educación, a través de las disciplinas tradicionales, lo que hace imposible aprender lo que significa ser humano, así, la condición humana debería ser objeto esencial de cualquier enseñanza. 
     En la educación del futuro, pero a partir de las disciplinas actuales, deberá ser posible reconocer la unidad y la complejidad humana, reuniendo y organizando los conocimientos dispersos en las ciencias de la naturaleza, las ciencias humanas, la literatura y la filosofía, para mostrar este vínculo indisoluble entre la unidad y la diversidad de todo lo que es humano.
     Morín también propone que en la educación del futuro se enseñe la historia de la era planetaria, que empieza con la comunicación de todos los continentes en el siglo XXI, y mostrar cómo todas las partes del mundo se volvieron intersolidarias sin por ello ocular la opresión y sometimiento que han causado estragos en la humanidad y que aún no han desaparecido.
     Quizás a partir de ahora sea posible revertir esta situación, si tomamos conciencia que “todos los seres humanos, enfrentados desde ahora a los mismos problemas de vida y muerte, viven en una misma comunidad de destino”.   
     Coincido en que gracias a las ciencias hemos adquirido muchas certezas, pero también se nos han revelado innumerables campos de incertidumbre, y también apoyo la idea de que la educación abarque la enseñanza de las incertidumbres aparecidas en la ciencias físicas, en las ciencias de la evolución biológica y en las ciencias históricas.
     Para lograr este objetivo, el autor considera que se deben enseñar principios de estrategia, que permitan hacer frente a los riesgos, lo inesperado, lo incierto, y modificar su evolución en virtud de la información adquirida en el camino. Como lo dice textualmente “Aprender a navegar en un océano de incertidumbres a través de archipiélagos de certeza”.
     La sexta idea que propone Morín es “enseñar a comprender”, extenderse en este tema está de más, pues es una idea del dominio común que la comprensión mutua entre seres humanos resulta vital para que las relaciones humanas salgan de su estado de incomprensión.
     De este tema, lo que vale la pena rescatar esta idea de estudiar la incomprensión desde sus raíces, ¿por qué no nos comprendemos? ¿cuáles son las causas del racismo, la xenofobia y el rechazo? Las consecuencias todos las conocemos, históricamente están la Segunda Guerra Mundial, La Conquista en Latinoamérica, etc. Actualmente está el conflicto en la Franja de Gaza y el discurso del precandidato republicano Donald Trump.
      Finalmente, la última idea tiene que ver con la ética del género humano, lo que específicamente denomina “antropoética”, que consiste en ser a la vez: individuo-sociedad-especie.
   Es decir, propone un cambio en la forma tradicional de enseñar la ética, ya no con lecciones de moral, sino a partir de la conciencia que el ser humano tiene de ser al mismo tiempo un individuo, parte de la sociedad y parte de una especie. De igual manera, este desarrollo debe comprender las autonomías individuales, las participaciones comunitarias y la conciencia de pertenecer a la especie humana.
     En síntesis, la educación del futuro, al igual que la humanidad, será producto de una evolución de las condiciones actuales, pero primero debemos ser consientes de que las verdades de hoy serán los viejos mitos de mañana. No tenemos la verdad absoluta en muchas áreas de la ciencia, sobre todo en las sociales. 
      Una pregunta común que se hace en los círculos educativos a todos niveles es ¿por qué si avanza tanto la tecnología, no avanzamos como especie humana? Esta pregunta va más enfocada en el sentido de la ética y las condiciones socio-económicas.
     Existen máquinas capaces de resolver un sin fin de problemas cotidianos, pero sólo están disponibles a quienes tienen más dinero. Tenemos niveles educativos similares pero con sueldos muy dispares. Y como dicen popularmente, genios sin títulos universitarios y gente sin “educación” con doctorados. Específicamente llamé “educación” a las actitudes morales de racismo, xenofobia, clasismo, etc.
     Quizás la educación del futuro, tal como lo propone Morín, pueda ayudarnos a superar los problemas de racismo que existen en el mundo, sin embargo, se tiene que empezar por mejorar la educación del presente y buscar esa evolución que se planteó a lo largo de este texto.





Lectura recomendada:
MORÍN, Edgar. Los Siete Saberes Necesarios para la Educación del Futuro. Fragmento disponible en: https://drive.google.com/open?id=0BwpCh4_I886xNjFnWmdKM3A3VWc

No hay comentarios:

Publicar un comentario