domingo, 21 de agosto de 2016

La tecnología como gestión del conocimiento

Si queremos entender el impacto que ha tenido la tecnología en la generación del conocimiento, primero debemos definir ¿Qué es Tecnología?

     Una definición simple sería “una herramienta que facilita el acceso al conocimiento y a la información”, sin embargo, para una definición más completa recurrimos a Castells (1999) quien a su vez cita a Brooks y Bell: la “tecnología es el uso del conocimiento científico para especificar modos de hacer cosas de manera reproducibles”.

     Es decir, con el conocimiento científico generamos herramientas, las cuales son necesarias para especificar "modos de hacer las cosas de manera reproducible", y con lo cual se comprueba que el objetivo de las herramientas tecnológicas es facilitar el acceso al conocimiento y a la información.

     ¡Ojo! aquí cabe destacar que al hablar de tecnología mencionamos en diversas ocasiones la palabra “conocimiento”, sin embargo, debemos diferenciar este concepto de otros dos que a la larga serán igual de importantes: “datos” e “información”.

     Atendiendo la ilustración 1, los datos son todos aquellos estímulos comunicativos o susceptibles de significar “algo” que nos rodean, es decir, no es necesaria la tecnología para acceder a ellos, están en todos lados. Sin embargo, cuando de ese universo de datos discriminamos lo que nos interesa, estamos haciendo una selección de información, selección que será valorada y procesada por nuestro cerebro para obtener un aprendizaje, al conseguirlo, entonces sí estamos hablando de un conocimiento.


     Esta precisión es necesaria para especificar cómo la tecnología nos facilita el acceso a la información en un primer momento, pero no así al conocimiento directo, porque acceder al conocimiento implica un esfuerzo de aprendizaje y en ese sentido, la tecnología sólo es un medio y no un fin.

     Hablando específicamente de los instrumentos tecnológicos (celulares, computadoras, tablets, etc), los cuales han generado mayores oportunidades para que más personas tengan acceso a la información, también han creado un debate, en torno a que si esta facilidad de acceder a la información está reduciendo nuestra capacidad cognitiva.

     Debemos puntualizar que este no es un debate nuevo, ni es un fenómeno propio del Siglo XXI, como muestra tenemos a la televisión que nos acompaña desde principios del siglo XX y que siempre ha sido criticada por su posible daño a la capacidad imaginativa del individuo.

Así se refiere Sartori (1998) a los niños que entran en contacto desde edades tempranas con la televisión:

"Se trata siempre de un adulto sordo de por vida a los estímulos de la lectura y del saber transmitidos por la cultura escrita. Los estímulos ante los cuales responde cuando es adulto son casi exclusivamente audiovisuales. Por tanto, el video-niño no crece mucho más. A los 30 años es un adulto empobrecido, educado por el mensaje (...) es, pues, un adulto marcado durante toda su vida por una atrofia cultural." (P38)

    Sin embargo, debemos considerar que como todo adelanto tecnológico, hay un sector que no tiene acceso a ellos, esto puede ser por condiciones culturales, económicas o geográficas, y en este sentido no hay evidencia de que los grupos sociales sin televisión tengan un mayor capital intelectual que los grupos que sí tienen acceso a ella.

     Tampoco me atrevería a asegurar que existe evidencia de lo contrario, porque si bien es cierto que en la red podemos encontrar muchos ejemplos de comunidades sin televisión que viven en condiciones precarias, es decir, a las que la falta de televisión no les ha permitido elevar su capital intelectual o desarrollar condiciones que se traduzcan en calidad de vida, soy consiente que este atraso se debe a la carencia de otros adelantos tecnológicos básicos, como libros, sistemas de agua potable, refrigeración de alimentos, etc.

    Podemos concluir entonces que la tecnología es sólo un potenciador de datos, y el individuo tiene toda la libertad de usarlos o no para allegarse de información que posteriormente le genere algún conocimiento, y en ese mismo sentido, tiene la posibilidad, o no, de utilizar esos conocimientos para generar más conocimientos.

    Y es que el segundo gran debate en torno al papel de la tecnología en la generación de conocimiento es precisamente el hecho de que acceso a la información y conocimiento no significa la producción de nuevos contenidos.

    Es cierto, en su mayoría las instituciones educativas han gozado de los beneficios de los avances tecnológicos, de manera tal que han servido para renovar y encontrar nuevas formas de llevar la educación a más individuos, sin embargo, el acceso a esta información y conocimiento no significa necesariamente la producción de nuevos contenidos, ¿Cómo podemos revertir esta tendencia?

     Al menos en México, la gran apuesta parecer ser involucrar a los niños desde la educación básica para que aprendan a manejar la tecnología y que en un futuro la tecnología no los maneje a ellos como menciona Sartori, porque televisión o tablet, estamos ante el hecho de informarse viendo, y en aras de querer una sociedad más crítica ante la información que se le presenta, tendremos una generación en un estado de apatía física y mental.

     Afortunadamente la cura no es tan difícil, aunque falta comprobar su efectividad, una de las primeras cosas que se enseña a quienes quieren acceder a este ciber-mundo, es que no todos los datos en la red son verídicos, cualquier maestro que pide una tarea de búsqueda de información en internet sabe que si no aplica ciertos filtros el ejercicio se reduciría a copiar y pegar, sin embargo, en los filtros que establezca el maestro viene la verdadera de enseñanza de aprender a discriminar datos.

     Con estos filtros básicos para que un estudiante aprenda a discriminar la información confiable y verídica, también se atacan otros problemas a futuro como son: evitar el plagio, aprender a citar.


     Como menciona Castells (1999), en torno al conocimiento que genera más conocimiento, “lo que caracteriza la revolución tecnológica actual no es la centralidad del conocimiento y la información, sino la aplicación de ese conocimiento e información a la generación de conocimiento y los dispositivos de procesamiento/comunicación de la información, en un circuito de retroalimentación acumulativa que se da entre la innovación y los usos de la innovación”.

FUENTES:
  • Bretones, M. (2008) Tipología y Análisis de la Comunicación Social. Barcelona, España. Universitat de Barcelona.
  • Castells, M. (1999). La era de la información: economía, sociedad y cultura. Buenos Aires, Argentina. Siglo XXI editores.
  • Sartori, G. (1998) Homo Videns: la sociedad teledirigida. Argentina. Editorial Taurus.

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